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Tulua, Valle, Colombia

martes, 17 de mayo de 2011

Un corto escrito al deseo entre tú y yo

La noche nos acoge, las estrellas nos sonríen y el silencio nos invita al romance…
Las sabanas se deslizan de manera armoniosa por tu silueta y los suspiros escurridizos que se escapan al mirarte, delatan el deseo…
Ya con mis labios he sido amante de tu boca, mis manos exploran tu piel avivando el fuego que muy dentro enciende mi ser…
Tu respiración apresurada se coordina con mi apresurada frecuencia cardiaca, en pocos segundos la inigualable sensación de escalofríos inundan los espacios de la habitación…
Con el sentimiento a flor de piel, ahora busco hablarte con mis miradas, explicarte lo que siento con mis besos, convencerte con mis caricias y encontrar respuestas en el transcurrir de la noche…

¿Y si dejamos que la noche sea testigo de nuestro amor y la oscuridad nuestra cómplice?
¿Y sí dejamos que nuestros cuerpos hablen ese lenguaje que no encuentra sinónimo alguno?
¿Y si olvidamos el mundo y solo nos dedicamos a ser víctimas de lo que sentimos?
¿Y si dejamos que nuestros besos no conozcan final?
¿Y si esperamos lo que sucede luego?

miércoles, 4 de mayo de 2011

GRACIAS MAMÁ

Sólo una madre puede querer, a un hijo que tal vez nunca lo sepa agradecer;
Sólo los abrazos de una madre logran curar, las heridas del alma que parecen nunca terminar;
Sólo una madre puede entender, la angustia que se siente al saber, lo que a su hijo le puede suceder, cuando no está en casa y empieza a anochecer…

¿Cómo encontrar las palabras precisas para agradecer los te quiero, los arrullos en las largas noches de llanto, los abrazos llenos de calor en los días más fríos, las palabras alentadoras en los momentos más tristes?

¿Cómo agradecer en pocas palabras el milagro de la vida, la bendición de ver, el placer de sentir, la alegría de hablar y el amor de mamá?

¿Cómo felicitar a una madre en tan solo un día, por el amor incondicional de toda una vida?

Con tan sólo una sonrisa 
puede mi madre dar felicidad, al llanto incesable de un día en soledad y ahora sólo puedo decir, gracias mamá…