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Tulua, Valle, Colombia

lunes, 16 de abril de 2012

MI OTRO YO

Te hablo de lo que siento, de la complejidad del romance que ofrece la melancolía a flor de piel, en una noche llena de lágrimas del cielo y acompañada por la melodía, de unos acordes de guitarra, pero  ¿Cómo explicar el sentimiento que no entiendo…?

Cuando los pensamientos se vuelven letras y la persona que conoces desaparece, dando lugar al melancólico que nunca se muestra en los mementos que ameritan voz, que cambio más difícil de asimilar, para la persona que ama al común que cada día escucha… pero busco que ames también al que existe sin existir, al que solo hace uso de mis dedos para escribir lo que siente de la manera más profunda, al que casi nunca se muestra, pero que de repente se pronuncia mencionando que aun esta aquí en algún lugar…

Soy yo quien te escribe mi amor, este loco enamorado en la distancia, los sentimientos que me hacen desear verte, escucharte, abrazarte, besarte… son los mismos que me permiten este cambio cuando hablo sin voz, conóceme y acéptame amor, nada me hace más feliz… ama al que te escribe tanto, como amas al que te habla…


miércoles, 4 de abril de 2012

CUANDO EL AMOR MURIO


Empezaron a caer las hojas secas de los árboles y aunque era otoño, este evento tenía un fondo gris que apuñalaba el alma y desgarraba el sentimiento, nunca fue tan triste, nunca dolió tanto, las lágrimas se negaban a salir de los ojos empañados y la falta de aire entre pecho y espalda era un poco mas insoportable por cada segundo que pasaba. ¿Acaso sus besos serán de otro como antes míos?

Las manos heladas por cada recuerdo feliz que llegaba a mi memoria, la mirada perdida en el pasado y su aroma aun en mi olfato y mirando su belleza pensé en el amor que matábamos a insultos. Ahora distintos de antes, ahora ajenos al deseo, al cariño y al amor, solo nos queda mirar el presente vació de ilusiones, por la manía del solitario que nunca se acostumbró a dejar su soledad.

Ha muerto el amor y con el la ilusión, los sueños y todo cuanto enamorados un día pensamos, aún tiemblan mis manos y tartamudea mi voz al mirar sus ojos envueltos en  el pasado, queriendo sin querer y llorando sin sentir. Y dando la espalda a quien fuera el amor de mi vida, fue como mi mundo destruido cayó en cenizas y del cielo cayeron lágrimas que adornaban la melancolía del momento, así termino mi vida el día cuando el amor murió.