Empezaron a caer las hojas secas de los árboles y aunque era otoño, este evento tenía un fondo gris que apuñalaba el alma y desgarraba el sentimiento, nunca fue tan triste, nunca dolió tanto, las lágrimas se negaban a salir de los ojos empañados y la falta de aire entre pecho y espalda era un poco mas insoportable por cada segundo que pasaba. ¿Acaso sus besos serán de otro como antes míos?
Las manos heladas por cada recuerdo feliz que llegaba a mi memoria, la mirada perdida en el pasado y su aroma aun en mi olfato y mirando su belleza pensé en el amor que matábamos a insultos. Ahora distintos de antes, ahora ajenos al deseo, al cariño y al amor, solo nos queda mirar el presente vació de ilusiones, por la manía del solitario que nunca se acostumbró a dejar su soledad.
Ha muerto el amor y con el la ilusión, los sueños y todo cuanto enamorados un día pensamos, aún tiemblan mis manos y tartamudea mi voz al mirar sus ojos envueltos en el pasado, queriendo sin querer y llorando sin sentir. Y dando la espalda a quien fuera el amor de mi vida, fue como mi mundo destruido cayó en cenizas y del cielo cayeron lágrimas que adornaban la melancolía del momento, así termino mi vida el día cuando el amor murió.


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